¿Qué es el Boogaloo?:

Tomado de www.musicalafrolatino.com/

Otro de los ritmos que marcaron la década de los sesenta fue el boogaloo, una mezcla de son montuno, soul y rock and roll. Guillermo Portabales, en su tema "le llaman montuno", afirma que el boogaloo nació del son montuno. John Storm Roberts -musicólogo y autor del libro "toque latino"-, sostiene que el boogaloo es una mezcla del mambo con el rock and roll.

Igualmente, afirma que "esta nueva generación de músicos" se inspiró en los rocanroleros como Elvis Presley, Bill Halley y Chuck Berry. "la nueva generación de músicos", con frecuencia, eran artistas que carecían de experiencia y su música era impetuosa y tenía un impacto extraordinario.

Los primeros éxitos de este ritmo fueron: "Me gusta como está" y "Micaela", del pianista Pete Rodríguez; "Boogaloo blues", de Johnny Colón, y "Danzón Boogaloo", de Ricardo Ray.
Este último es el único boogaloo que parte de un danzón. También están "Bang, bang", de joe Cuba, que vendió un millón decopias. "El avión” del  filipino joe Batán; "Fat mama de CharÍie Palmieri, y "El Watusi" grabado por Ray Barreto.

Su máximo exponente fue el pianista y director Pete Rodríguez. Su auge se presentó entre 1966 y 1969, cuando fue desplazado por otros ritmos más efímeros, como el jala jala y el shing ling, que crearon Ricardo Ray y johnny "El Bravo" López. También tuvieron que ver con su desaparición el rakachá, de Mario Allison, y el pata pata, de Miryam Makeba.

El boogaloo,es  una mezcla indefinida de guajira y rock roll con la que los latinos se tutearon con todo el mundo. El boogaloo es el tercer ritmo creado por los latinos en EEUU antes de que la salsa hiciera su aparición definitiva en la escena musical.

Al igual que la pachanga, el boogaloo tuvo una vida breve, se desarrolló entre 1965 y 1969, pero, más importante que su duración es su significación social y musical, tanto para la comunidad latina como para la anglosajona.

Las nuevas generaciones de latinos necesitaban un sonido propio porque “ay que dar la batalla a los Beatles y al soul negro. Hay que hacer música que hable de los rascacielos y de calles sucias...
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En el boogaloo se cantaba en inglés y en español, más o menos como la hicieron los africanos y mulatos, en la época colonial, al mezclar lenguas africanas con el español. Así que no me vengan con cuentos pseudo-anti-imperialistas porque, de lo contrario, tendríamos que cantar en yoruba o taíno y sólo con tambores.

 El boogaloo daba cuenta de las alegrías y miserias de El Barrio en las dos lenguas. De esta manera se enteraban hasta en la China de cómo estaba el bembé, quiero decir, la situación.

Además de la concesión lingüística, el boogaloo también transigió con la clave y el. ritmo para que las almas blanquitas pudieran bailarlo con libertad de movimientos, como en el rack y el soul.

Esta libertad, sin embargo, fue condicional, pues cuando el boogaloo entró en su apogeo y emigró al Caribe, los propios músicos se encargaron de devolverle la contundencia rítmica que al principio le habían cercenado.

El primer antecedente del boogaloo data de 1963, unos años antes de su boom, con el "Watusi", un tema compuesto por el percusionista Ray Barretto: "Caballero, ahí acaba de entrar Watusi, ese mulato que mide siete pies y pesa ciento sesenta y nueve libras, y cuando ese mulato llega al solar todo el mundo dice: ¡A correr! que ahí llegó Watusi, el hombre más bravo de La Habana."


El "Watusi" constituyó un éxito económico y musical. En lo económico logró vender, por primera vez en la historia de la música latina, más de un millón de copias. En lo musical, además del nuevo sonido y la nueva forma del canto, inauguró la exaltación de la figura del guapo, el camaján que, más tarde, en la salsa, tuvo continuidad en héroes como Pedro Navaja, ]uanito Alimaña y otros muchos anónimos que deambulan por el pentagrama y por las calles.

 Del tema de Barretto, surgió en el habla de los barrios marginales del Caribe y América Latina una expresión soberbia para invocar la valentía: "No le tenga miedo a Watusi, caballero!", se dice frente a cualquier situación que requiere valor, y no sólo frente al riesgo de que un guapo nos parta la cara. Lo mismo para sacar a bailar a una mami que para hacer frente a la policía.

En 1966 y 1967, el boogaloo se confirmó con dos temas memorables: "El pito", de Joe Cuba, y "Micaela", una composición de Tony Pabón interpretada ¡Y pegada! por la orquesta del pianista Pete Rodríguez. La eclosión de estos temas se fortalece con otros no menos contundentes de los músicos que estaban en algo.

 Entre éstos, destacó con creces el trabajo de Richie Ray & Bobby Cruz con sus dos volúmenes de ]ala, ]ala Boogaloo (1967-68) que pusieron a bailar a toda la juventud de finales de los años sesenta y principios de los setenta.

 El sonido de Richie Ray venía henchido de asfalto, urgencias callejeras y respeto por losorishas del panteón afro-antillano, al tiempo que exhibía unos arreglos contundentes y modernos; el piano de Richie evocaba desde una fuga de Bach hasta un tumbao de Noro Morales, en conexión sublime con el timbal de Mike Collazo, el coro de trompetas, único e insuperable, liderado por Reinaldo Maldonado, hermano de Richie, los golpes de bongó soltados por Manolito González, y la malicia cantabile y marginal del cantante Bobby Cruz. ¡Puro sonido bestial!

En sólo tres años, de 1966 a 1969, el boogaloo produjo obras legendarias que, treinta años después, se mantienen frescas yheavies. A este legado pertenecen temas que fueron un tremendo batazo: Charlie Palmieri con su "Either You Have It Or You Oon't" (Hay que estar en algo); Johnny Colón con su "Boogaloo Blues"; El Gran Combo de Puerto Rico con sus boogaloos de sabor más criollo "Clap Your Hands" y "Shake It Baby"; Héctor Rivera con su emblemático "At The Party; Joe Bataan y su "Subway Joe"; Larry Harlow con "El exigente"; Bobby Valentín con "Let's Turn On" (Arrebatarnos); y Los Hermanos Lebrón con "Boogaloo pa mi SanJuan", entre las obras más conocidas.

 También se impone el Jala Jala bajo la batuta de Ricardo Ray gracias a su disco Jala Jala y Boogaloo y otras agrupaciones como El Gran Combo se destacan y logran grandes éxitos con sus grabaciones de estos ritmos.  Además, en Nueva York y el Caribe se escuchan los ritmos de El Shingalín, El Pata Pata y La Mazucamba.

La mayoría de los músicos que desarrollaron el boogaloo fueron los que dieron forma y contenido al nuevo sonido de El Barrio, el movimiento musical que, durante los años setenta y ochenta, se impuso en todos los barrios pobres, y en las casas de algunos ricos, en toda América Latina: la salsa. Otros no sobrevivieron al boogaloo, y tampoco supieron adaptarse a la nueva expresión.

Por otra parte, algunos músicos latinos que habían militado en la vieja escuela cubana, se involucraron con el boogaloo y, años más tarde, renegaron de él por considerarlo un rítmo americanizado, light, comercial e irrespetuoso con el temperamento latino.

Sin embargo, ese boogaloo del que reniegan es, además de lo que ya hemos anotado, el ritmo latino más apreciado en la actualidad por algunos melómanos, músicos ydiscjokeys (OJ's) de la escena funky jazzy. Se vuelven locos y, la verdad, no es para tanto.


En los años sesenta, los Beatles y el rock causaron furor en las almas blanquitas y en las clases medias y altas de todo el mundo. La revolución cubana se declaró socialista, el Che Guevara se convirtió en el arquetipo del hombre nuevo, el mayo francés nos conminó a ser realistas pidiendo lo imposible, la comunidad negra americana, con Malcom X, el Dr. King y Angela Oavis acosaron sin tregua al Tío Sam, la comunidad feminista también reclamó lo suyo y, en América Latina, floreció la lucha guerrillera alentada por la revolución cubana.

Esta agitación social convulsionó la vida política y cultural de todo el continente americano y, sobre todo, puso en entredicho una serie de valores que, hasta ese momento, parecían inamovibles. Los gobiernos y el modo de producción capitalista se consolidaron, apoyados en sus ejércitos represores y en una tutela sin miramientos por parte del imperio yanqui, pero las expresiones de la cultura pasaron a la ofensiva; en la literatura surgió el boom latinoamericano del realismo mágico, y en música irrumpió con fuerza el reggae , la bossa nova y la salsa.

Fuentes Referenciales:
Romero, enrique. SALSA el orgullo del barrio
Salsa, crónica de la música del Caribe urbano por Cesar Miguel Rondón
Betancur Álvarez, Fabio. Sin clave y bongó no hay son
Orovio, Helio. Diccionario de la música cubana
Ortiz, Fernando. La música afrocubana
Rodríguez, Lil. Bailando en la casa del trompo
Discos Fuentes. La discoteca del siglo

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